Cuando llego a oficial, se inscribio en la entonces Universidad De Santo Domingo. Esto fue en el 1953. A base de sacrificios, despues de cinco años, en octubre de 1958 recibio el titulo de doctor en derecho. Estoy hablando de un hombre que fue combatiente, heroe y martir. Estoy hablando del Coronel Constitucionalista Juan Maria Lora Fernandez. El repudió el madrugonazo artero del 25 de septiembre de 1963. Y cuando el coronel Rafael Fernandez Dominguez empezo a estructurar su movimiento constitucionalista, el Coronel Lora Fernandez fue de los primeros.
El 24 de Abril de 1965 fue reducido a prision, y ese dia, la accion heroica del capitan Mario Peña Tavarez, lo puso en libertad.
El 25 de abril en la mañana, Juan Lora Fernandez se encontraba en la carretera Duarte, vigilante y decidido, desplazandose del kilomerto seis y medio y del campamento conocido como "16 de Agosto". Ese 25 de abril se iniciaron por Radio Santo Domingo Television, las transmisiones incendiarias que sirvieron para insulfarle al pueblo, la fe y el apoyo que constituian los ingredientes necesarios para impartirle vigor y energia al movimiento constitucionalista. Juan Lora estuvo en la emisora estatal hasta la tarde del martes 27 de Abril. Esa tarde era de confusion, de espanto, de malos presagios. Esa tarde de muerte, salió Juan encabezando a un decidido grupo de civiles y militares. La marcha comenzo por la calle Manuel Ubaldo Gomez. La marcha era hacia el puente Duarte.
En el puente Juan Lora Fernandez, junto a Francis Caamaño y Jorge Marte Hernandez, Manuel Ramon Monte Arache con sus legendarios Hombres Ranas. Luis Androcles Arias Collado, el glorioso teniente Juani Bisonó Mera y los artulleros y fusileros del ejercito y los hijos del pueblo, hombres y mujeres hasta con palos y otros con piedras y botellas de gasolina. Hombres y Mujeres denodados. Los mejores hijos de Juan Pablo Duarte. Civiles y Militares.
El pueblo verdaderamente pueblo, convirtio en realidad la frase que Francisco Alberto Lanzo a un engreido pro-consul del imperio cruel, del imperio insolente.
La frase de Caamaño Deñó al salir pleno de ira dominicanista de la "Embajada", dicen que fue "Yo le voy a demostrar que del puente no pasaran."
El 30 de abril de 1965, que era viernes, Juan Lora Fernandez con civiles y militares especialmente con los muchachos del 14 de Junio le marcharon a la Fortaleza Ozama y la Bastilla Dominicana fue tomada.
El 15 de junio fue el brutal ataque del gringo prepotente y abusador, contra la zona constitucionalista. Juan Lora salio de su oficina a tomar una taza de café y acabando de salir un poderoso proyectil impactó el aire acondicionado de su oficina que quedaba en el Copello, frente a Lopez de Haro. La poderosa bala se metió dentro del aparato de aire acondicionado y las esquirlas hicieron un mayusculo destrozo.
El 3 de septiembre vinoa la engañosa paz. Paz Octaviana, Paz Romana, Paz del imperio.
El 19 de diciembre ocurrió el vulgar montaje de la trampa del Matún. Juan Maria Lora Fernandez disparando su fusil contra las mesnadas asaltantes, encontro la muerte y al lado de el, cayo el fusil y el decidido sargento Domingo Peña.
El uno al lado del otro fue sepultado en el cementerio de la avenida Independencia. Ahora a manera de oración quiero evocar las palabras del combatiente constitucionalista Rafael Astacio Hernandez: "Jornada de Abril. Atacaron el pueblo, y aviones y metrallas y bombas y barcos y cañones y tanques y granadas y morteros cayeron sobre los niños y mujeres y ancianos y todo el pueblo indefenso. Hicieron una infernal orquestación de muertos, porque la lucha, la guerra no era tan solo de los militares constitucionalistas, porque era una lucha de todo el pueblo y la victoria fue para todo el pueblo.
Juan Lora Fernandez quedo con la espalda destrozada en el Hotel Matún de Santiago, Francisco Alberto Caamaño Deñó lo calificó de "Bravo Coronel."
Juan Lora Fernandez, como Sucre, fue: Bueno con los humildes y magnánimo con los ingreidos y altaneros. Supo ser generoso con sus vecinos. Ademas fue muy comprensivo, humano y piadoso con los prisioneros. Juan fue un hombre de bien y un soldado de valor, como hombre fue un gran ciudadano y como soldado fue un verdadero patriota.
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